1º Entrenador: No creo que a Ancelotti le hiciera mucha gracia perder a Özil, posiblemente se le instó desde la directiva a un equilibrio de ingresos-gastos pero futbolísticamente cualquier entrenador le querría en su equipo, pero claro, después de Mourinho como manager la directiva ha optado por reducir el poder del entrenador.
2º Özil se va porque quería jugar el Mundial: Partiendo de que queda una temporada, que Özil de haberse quedado habría jugado también, que ha participado en todos los encuentros de clasificación de su selección y que Low no es tan absurdo como para prescindir de Mesut en su convocatoria.
3º Se va por dinero: 7 millones ganará en el Arsenal, de los 4,5 que ganaba en el Real Madrid finalizando contrato en 2016. Si Özil hubiese querido retrasar su marcha, el Real Madrid habría perdido dinero porque el fin del contrato se acercaba y Mesut podría pedir más dinero a los clubes interesados en él, que además no serían pocos.
4º Porque sólo para cuadrar cuentas no se pueden vender a futbolistas como Higuaín y Özil, limitando la competencia en la plantilla y resolviéndolo como una cuestión simplemente económica.
5º Para traer a un jugador muy bueno pero que actualmente no hace falta en el Real Madrid, Gareth Bale: Jugador de banda, veloz, zurdo y muy potente físicamente, puede jugar de extremo, interior y de lateral, pero no suponíamos que había venido Ancelotti para equilibrar las carreras con el juego de toque y no abusar del contragolpe, bienvenido otro velocista, hasta luego uno de los que ponían la pelota.
6º Porque el Real Madrid no puede vender jugadores importantes con alevosía y a última hora, después de que parte de la afición se manifestara en contra de la venta, el Real Madrid es de sus socios y de sus aficionados, no de una cuenta de resultados.
7º El Arsenal, sí, el Arsenal, ese club dirigido por Wenger que nunca facilitó la salida de ningún futbolista en dirección a Chamartín, se llenaron portadas con Henry, Vieira, Van Persie, Cesc... y ninguno ha acabado en Madrid, ni los futbolistas ni Wenger facilitaron ese camino, ¿Por qué nosotros si debemos facilitarlo?
8º Porque Özil después de una pretemporada y 3 partidos de Liga, con una temporada a la que se aspiran a jugar todos los partidos de Liga, Copa y Champions pensar que un jugador como el alemán no tiene hueco en competiciones tan largas es impensable, y más sabiendo que hace cuatro días la plantilla contaba con tres mediapuntas y de la noche a la mañana sólo con uno, Isco.
9º Porque esto Florentino no es un coto privado, el objetivo del equipo es ganar títulos y no fichar cracks a precios desorbitados todas las temporadas, satisfaciendo pequeños egos personales al extender la chequera.
10º Porque Mesut Özil es el mejor mediapunta del mundo y el mejor que ha habido en el Real Madrid desde Zinedine Zidane y lo más parecido que se ha visto. Gracias Mesut.
Hoy, tras leer el artículo de Marcos López (@futbolitis_aco) sobre Víctor Valdés El futuro de Víctor Valdés. han vuelto a surgir las dudas en torno a un culebrón muy mal gestionado por ambas partes y en las que el principal perjudicado va a ser, como de costumbre, el futbolista.
A partir de ese momento las alarmas se encendieron en Can Barça, Zubizarreta y Tito salieron al paso, ambos sosteniendo que hablaría con Valdés, al que consideran obviamente uno de los suyos, un gran portero y con el que querían prolongar la relación contractual. Sería impensable que un idilio como el de Víctor y el Barça fuera a pique y que todo se resolvería con unos meros trámites económicos. Aquí es donde el club empieza a perder el pulso, creyendo que todo tiene solución y donde no les cabe duda de la renovación del portero de Hospitalet.
Aquí es donde todo el club se vuelca en la decisión de Valdés, de respetarlo y como símbolo que es del barcelonismo, admitir el hecho de su marcha. Con ello además se provocó las declaraciones de Zubi y de Vilanova reconociendo que se equivocaban al dar por hecha la renovación, y eso en el Barça creó un cisma. Hasta el momento nadie tan relevante como Valdés había propuesto un tema tan espinoso (algo en lo que está en su derecho) de no renovar y sin atender a ninguna cuestión económica. Valdés comienza a ser claro vencedor del pulso.
Y es que en Can Barça no se está en los últimos tiempos acostumbrado a desplantes o que exista la humana posibilidad de que un futbolista no quiera prologar su contrato, habituados a un estado de placidez donde los futbolistas pelean por entrar y se resisten a salir, Valdés suponía un problema, que a día de hoy continua suponiéndolo.
Porque aunque parezca que el club es el responsable integral de esta situación no cabe duda de que está propiciada por una decisión del portero (legítima donde las haya) pero donde la institución no ha entendido en ningún momento que una referencia del barcelonismo moderno, titular, de la casa y profesional cualificado donde los haya quiera marcharse.
Esto al club le molesta porque crea un debate que en enero no existía, la vida transcurría feliz, líderes, vivos en todas las competiciones y de repente, la primera piedra en el camino. El culebrón de Valdés se extiende, crea duda, y por tanto adelanta una necesidad, la de fichar a un portero de garantías a muy corto plazo ( Valdés ya tiene 32 años, pronto que tarde la decisión debería ser tomada) y crea una duda aún más grande, ¿Por qué alguien querría irse del Barça y más alguien de este tamaño?
El club no permite errores y no es amigo de disidencias, y la de Valdés, lo es. En esta parte de la historia es donde Víctor tiene el pulso más que ganado, los compañeros lo respetan, la afición lo asume y la directiva traga, a duras penas pero traga. Pero el orgullo y las formas vuelven a dejar en evidencia a la directiva, Valdés reconoce que quiere jugar su último año en el Barça y se niega a salir este verano, lo que declaró en una rueda de prensa desde el Camp Nou a la que asistieron además Xavi, Puyol y los representantes de Víctor, pero ni rastro de Rossell, Freixa, Zubizarreta...
La última prueba que necesitaba Valdés para ganar el pulso. La ausencia de presencia institucional en esa rueda de prensa resta valor a sus formas, olvidándose de cubrir las espaldas del portero en ese momento y demostrando verdaderamente estar a su lado. El mismo lado del que se ha dejado a Valdés al especular con la posibilidad de un traspaso, porque el Barcelona tampoco olvida que esto es un negocio (algo que tampoco olvida Valdés) y que si no sale este año, se irá gratis el año que viene.
Porque la segunda parte del Pulso de Valdés implica gastos, algo que Rossell está intentando controlar al máximo cuando de repente se encuentra con la pérdida de un activo del equipo muy valorado en el mercado que no va a reportar beneficios en el club más allá de los deportivos (que debieran ser los importantes).
Para el tercer pulso debemos esperar porque es el deportivo pero Valdés tiene ventaja, de momento sigue siendo el portero titular del Barcelona, no tiene competencia y la temporada no ha empezado pero el carrusel de nombres para sustituirle crece con los días y en el ambiente flota la hipótesis del sucesor.
Y es que estas son muchas dudas de cara a la temporada que viene y no convienen en Can Barça ¿quien será el sucesor?, ¿jugará Valdés?, ¿dónde se irá? o ¿cuánto costará sustituirle?. Demasiados frentes abiertos para una posición y un tema tan delicado, pero por el momento, Valdés ha ganado con suficiencia el pulso.